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Como sucede con la flor de una planta, es en la cultura donde reside la capacidad de la elaboración y de la fecundación del germen que asegura la continuidad de la historia, al asegurar al mismo tiempo la perspectiva de la evolución y el progreso de la sociedad en cuestión.

Cabral, A;1973:pp. 316_358

Para el Pueblo Saharahui, para sus antepasados, los antiguos, los orgullosos hombres nómadas del desierto del Sahara, hombres que producían para su subsistencia y dependían de sus propios recursos y que no reconocían otra autoridad que la de los jefes de sus tribus, la expresión cultural se transmitía de generación en generación a través de la tradición oral.

Esta tradición oral transmitida de padres a hijos es la que ha ido forjando la historia de un pueblo y preservando una identidad de la auténtica realidad de la vida beduina y la vida nómada.

Sahara Occidental
Dakhla

Una cultura ratificada de generación en generación y transmitida de padres a hijos por medio de la palabra.

Palabras que perduran sólo en su memoria y van pasando de generación en generación, y que fundamentan la verdadera existencia de un pueblo y la base donde reside su propia dignidad.

La historia de los Saharahuis es la historia de los hombres del fusil y la de las gentes de libros; la de la sangre hirviente de los brazos y la de la sangre calma de los corazones. Nosotros la conocemos, porque la hemos escuchado de los labios de nuestros padres y abuelos.

El Imperio Desierto, Ramón Mayrata.

A través de la poesía que desarrollaban los poetas saharianos, la historia y la cultura de un pueblo transitaba en espacios inmensos, espacios con fronteras difusas, y adquiría dimensiones épicas. Enfrentamientos tribales, disputas territoriales, historias de amor; amor a su tierra y sus gentes.

Cada jefe guerrero y cada grupo de hombres contaba con un poeta y los recitales poéticos ocupaban un lugar de honor en una sociedad tan fascinante.

El devenir de la historia se grababa a fuego en el corazón y en la memoria de los saharahuis en formas tan fascinantes como los labios del poeta ciego Sidati uld Mamina o en el manuscrito del hermoso “Kitab al Badiati” (el libro del nomadeo) del Cheij Mohammed el Maami.

La poesía saharahui, escrita en Hasanía, produce la misma fascinación que producen los desiertos, que no es la fascinación precisamente de un paraíso, sino de una naturaleza dura y esencial que atraviesa un camino interminable.

Es un paisaje que no parece tener relación con los hombres. Un paisaje obsesivo, sobrecogedor, terrible para contemplarlo frente a frente. La tierra de unos hombres que gracias a una forma adecuada de vida han logrado hacerla habitable desde hace siglos.

Los habitantes del Sáhara son un pueblo distinto.

Cuesta creer que se pueda subsistir en un terreno tan hostil. En el desierto, la tierra y el cielo, en apariencia, parecen bastarse para crear el paisaje. Son dos presencias avasalladoras, descarnadas.

desierto del Sáhara

En medio de estas extensiones baldías, la simple posibilidad de supervivencia parece una insensatez.

El poeta Mohammed Salem expresa de una forma muy bella, en el poema que reproduzco a continuación, el tránsito entre el pasado y el futuro y la conservación de la identidad de un pueblo:

La existencia del pueblo se advierte
por las marcas y sus rasgos de identidad
que los distinguen de los demás,
y por ellas lo conocerás.
Y si se aparta de sus huellas
su rastro será difícil de encontrar.

En realidad, pocos de nosotros conocemos quiénes son los Saharauis, cómo han vivido en el pasado e incluso cómo viven ahora. Pocos conocemos la historia de su pueblo, lo que han hecho durante siglos.

Puedes consultar aquí mi artículo “Viaje a lo desconocido. Tan Tan” para conocer un poco más sobre mis viajes al desierto del Sáhara (click aquí).

Los hombres y mujeres del Sáhara están orgullosos de su historia y su orgullo es el de un pueblo superviviente. Para ellos la historia se reduce al presente y el susurro de la voz de sus mayores se tiene que extender por el mundo como el viento. Así nadie pondrá en duda la identidad de su pueblo independiente sometido solamente a la autoridad de sus propias leyes y fuerte como sus propias costumbres.

Jefes de la tribu Ulad Delim en Río de Oro. Foto tomada por Tomás Ázcarate Ristori.

Los Ulad Bu Sbaa, los Ulad Delim (que se consideran los únicos árabes del Sáhara), los Arosien, los Ilad Tidrarin, los Berikalah y los propios Erguibis; todos ellos conforman ese gran Imperio nómada con raíces en el vasto desierto del Sáhara.

Sin las costumbres que ellos implantaron, sin la justicia que impartieron, sin las enseñanzas que transmitieron, sin la memoria de todo ello que se transmite como un perfume de la historia del Sáhara, tan sólo quedaría el surco trazado por las lágrimas en los rostros de las mujeres y los ancianos.

Existen textos antiguos férreamente conservados, pero se trata de manuscritos transmitidos de generaciones pasadas y resulta muy complicado separarse de ellos.

Para el saharaui, existe la creencia de que todo aquello que perteneció a un hombre santo sigue atesorando su espíritu, aún después de la muerte.

Se trata de ese cabo de hilo que constituye la supervivencia de los suyos.

El poeta Mohammed El Mustafa Mohammed Salem Mohamed Lemin Abdelahi, escribió un bello poema sobre Mohamed Brahim Basiri en el que detalla la dignidad de su carácter de líder:

Garante de la fe y la entereza, el líder valiente, el león,
héroe, símbolo de la solidez polo de Magreb,
faro de los libres, elegido de la voluntad y la convicción.
Secreto de la perfecta madurez, audaz y veloz,
líder de la fidelidad y la constancia, alma de la nación,
la generosidad, la sabiduría y la honradez, la sencillez
y el valor del pueblo, el bendito y el señor.

El pueblo saharahui ha mantenido muy viva la tradición oral a través de su poesía, que se producía en Hasanía, la lengua árabe del Sáhara, como símbolo del pueblo y de la memoria de su pasado.

Versos del poeta saharaui Malik

Hombres y mujeres comparten diariamente veladas poéticas donde se cantan y recitan poemas de compromiso con su pueblo.

Fatma Galia Salem en “Lágrimas del pueblo herido”

Lágrimas de un pueblo herido por pájaros de fuego
y balas de veneno.
Palomas mensajeras de paz que vuelan
sobre el desierto deprimidas y sin silbido
en duelo al mártir caído.
Llantos de niños huérfanos y madres viudas
que perdieron al ser querido.

Limam Boicha

Un beso
solamente un beso,
separa
la boca de África
de los labios de Europa.

Bahia Awah

Me has pedido que te describiera
el cielo del Sáhara,
que te lo depositara en la palma
inocente de tu mano.

Estrellado,
celeste,
azul aún presente
en mis ojos
como tus astros,
transparente abierto como tu corazón
fresco es de olor, antaño recuerdo
techo de mi cuna, María.

Y es que el desierto tiene encantos que jamás imaginaste.

Sólo cuando consigues entrar en relación con sus habitantes, el desierto deja de ser un paisaje inhóspito, inhumano, para convertirse en la tierra de unos hombres que, gracias a una cultura adecuada, lo han hecho milagrosamente habitable.

Los saharauis son un milagro.

Bastan la tierra y el cielo para crear el paisaje del desierto, basta para contemplar con tanta nitidez los elementos esenciales.

Si quieres consultar mi artículo “destino Dakhla” y conocer más sobre el desierto del Sáhara (haz click aquí)

Hoy he recibido el libro en Hasanía del poeta de Dakhla, Malik (Rey), como él mismo quiere llamarse.

He tardado años en conseguir por escrito la obra de este poeta oral que atesora en su cabeza su creación poética y que hoy, por fin, tengo en mis manos. Uno de mis grandes proyectos que inicio con ilusión.

Traducir la poesía en dos lenguas tan diferentes requiere de un trabajo mucho más complicado de lo que puede parecer a simple vista, pero para ello cuento con la inestimable ayuda de mi gran amigo y hermano, el filólogo y catedrático de la Universidad de el Aaiún (Laayoune), Bedda Abassi. Hoy emprendemos juntos este maravilloso reto y pondremos nuestro granito de arena en esa transmisión de la historia de un pueblo indestructible.

No es huérfano aquel a quien se le han muerto sus padres. Lo es, el huérfano del saber y la cultura.

ليس اليتيم من مات ولديهي ان اليتيم يتيم العلم و الادب

Cita de un antiguo sabio árabe.

Una vez más recuerdo a Ahmed Mahmoud, padre, amigo, líder de toda una generación, hijo de Dakhla.

Siempre en mi recuerdo….

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